Este es el trasfondo para la campaña de GW de 1997 La Venganza de Drong
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La Venganza de Drong
La fundación de Tol Eldroth
En los remotos tiempos del reinado de Caledor II, durante la Cuarta Era de Ulthuan, el Señor Alto Elfo Eldroth se hizo a la mar desde Lothern con un gran séquito, navegando hacia las costas del Viejo Mundo.
Allí descubrieron un puerto natural perfecto, dominado por una cadena de altas montañas. Eldroth y
los suyos pronto estabelcieron una colonia comercial que denominaron Tol Eldroth.
Los aventureros Elfos pronto exploraron las cumbres montañosas que se vislumbraban en el horizonte. Regresaron con historias sobre sus encuentros con metales preciosos y con gemas ocultas entre las rocas. También encontraron a los Enanos.
La Fortaleza de Bronn
Muchos siglos antes de que los Elfos desembarcaran en estas costas, el aventurero Enano Bronn el Impetuoso y su clan habían emigrado siguiendo los caminos que recorrían las cadenas montañosas hasta alcanzar las cumbres que dominabanla llanura costera. Los prospectores de Bronn descubrieron gemas y oro bajo las montañas, y por tanto, Bronn y su expedición fundaron una colonia minera. Esta nueva colonia pronto atrajo a mineros comerciantes y colonos de otros clanes, y creció rápidamente hasta convertirse en una poderosa fortaleza gobernada por Bronn y posteriormente por sus descendientes. La Fortaleza fue conocida como Krag Brynn, que significa “Montaña Resplandeciente” en el lenguaje de los Enanos.
La llegada de Thrudd
Habiendo oído hablar de la prosperidad de Krag Bryn, el Señor Enano Thrund el Furioso reunió un numeroso grupo de aventureros, proscritos y guerreros de clanes inquietos, ansiosos por ocupar nuevas tierras. Thrund mantenía desde hacía mucho tiempo un ancestral agravio hacia Bronn, cuya causa había sido olvidada hacía tiempo. Fuera cual fuese su origen, la existencia del agravio era todavía recordada por todos los miembros de su Clan. Thrund decidió que encontraría Krag Bryn y que conquistaría su trono.
En la gran batalla que tuvo lugar, Thrund fue derrotado por Bronn y quedó mortalmente herido. Antes de exhalar su último suspiro, hizo jurar a sus herederos que mantendrían el agravio, bañado ahora por sangre fresca del Clan. Fieles a su promesa, pero carentes de los guerreros necesarios para conquistar Krag Bryn, los miembros del Clan Thrund construyeron su propia fortaleza, dominando el único paso a través de las montañas, y bloqueando así la ruta comercial desde el Imperio enano hasta Krag Bryn.
Llamaron a esta fortaleza Kazad Thrund, en honor a su ilustre antepasado. Desde ella establecieron un impuesto sobre todos los comerciantes que atravesaban el paso. Por ello, el paso fue pronto conocido como el Paso del Agravio.
El último descendiente de Bronn
Pasaron los siglos. Cuando Eldroth y su estirpe desembarcaron en la llanura costera bajo las elevadas cumbres, la rivalidad entre los miembros de los clanes Bronn y Thrund era ya muy vieja. Las innumerables venganzas habían costado un alto precio a los miembros del Clan Bronn, y ya sólo quedaba con vida un único descendiente directo de Bronn. Los emisarios Elfos enviados a la corte de Krag Bryn quedaron sorprendidos al ser recibidos por !una Reina Enana! Era Helgar, la última descendiente con vida de Bronn el Audaz.
La llegada de los Elfos fue una inesperada bendición para Krag Bryn, ya que de repente se abrió una nueva ruta comercial hacia el fabuloso imperio Élfico de occidente. Los Mineros podían olvidarse del traicionero paso de Kazad Thrund. Ahora podrían vender su oro, plata y gemas a los Elfos, quienes pagarían mucho más que los astutos Enanos, y además sin un duro regateo.
La reina Helgar inmediatamante estableció un tratado comercial con los Elfos, y su popularidad entre los enanos de Krag Bryn aumentó espectacularmente. En realidad, necesitaba desesperadamente este prestigio, ya que no quedaba ningún miembro de su clan que pudiese respaldar su derecho al trono, y los partidarios de Thrund eran muy numerosos entre los mineros. Además, a pocos Enanos les gustaba recibir órdenes de una Reina sin barba, aunque pudiera beber cerveza como un Matatrolls y su linaje fuera tan largo como sus –muy largas– trenzas.
La Ira de Drong
Mientras tanto, el poder en Kazad-Thrund estaba en las firmes manos de Drong el Duro, del linaje de Thrund. Drong observó la llegada de los Elfos con rabia y disgusto. Mientras los tesoros de Krag Bryn eran cargados en las gráciles naves Élficas que partían con rumbo desconocido, el comercio a través del Paso del Agravio disminuyó hasta prácticamente desaparecer. Drong fue empobreciendo y en su clan crecía el descontento. El agravio fue anotado y se afilaron las hachas. Drong intentó aprovechar el creciente desconteno para incrementar su fortuna. Con este fin, inventó taimadamente la existencia de su derecho ancestral sobre el trono de Krag Bryn.
Afirmó que su antepasado, Thrund, había sido el legítimo Señor de Krag Bryn, y que había sido derrocado en un vil Golpe de Estado y asesinado a traición en vez de en un combate justo y honorable. Las palabras de Drong circularon en un momento en que la desconfianza hacia los Elfos estaba
propagándose por todos los reinos Enanos. El falso rumos consiguió el efecto deseado, y pronto numerosos aventureros ansiosos por usar sus hachas se dirigieron a Kazad Thrund.
Drong se prepara para la guerra
Pronto Drong consideró que era el momento de disputar a Helgar su posesión del trono, por la fuerza si era necesario. Sus partidarios eran fuertes, y los de ella débiles. Y con respecto a sus aliados, los Elfos, ¡no eran rival para los Enanos! Así pensaba Drong mientras diseñaba sus planes de batalla. A continuación mandó a algunos de sus partidarios a las minas de Krag Bryn para propagar el descontento.
Así empieza la Historia de la Venganza de Drong, tal y como es conocida en las sagas. Esta guerra entre colonias de Elfos y Enanos, salvaje por su ferocidad, fue un anticipo de lo que estaba a punto de suceder en la larga y terrible Guerra de la Barba, que estallaría poco tiempo después.
La Batalla del Paso del Agravio
Los rumores sobre las aspiraciones de Drong al trono de Krag Bryn se extendieron hasta la propia fortaleza. En aquellos momentos, la mayoría de los Enanos que trabajaban en los yacimientos mineros no debían ninguna lealtad a Helgar. De hecho, la mayoría eran partidarios de Drong.
Un día, Krudd, el “loco del pico”, maestro ingeniero y pariente de Drong, convocó una reunión extraordinaria donde se disfrutó de una sesión maratoniana de bebida y discusiones. Pronto las paredes de los barrancos retumbaban con consignas como “¡Abajo la Reina Helgar!” y “¡Drong Rey!”.
Una heterogénea multitud de Enanos rebeldes borrachos y descontentos marchaba sobre la fortaleza de la Reina. A su cabeza iba el propio Krudd. Helgar había sido alertada de la situación por unos pocos Enanos leales, pero no disponía de guerreros, por lo que, desesperada, envió un mensajero
para pedir ayuda a Tol Eldroth, que respondió rápidamente enviando tropas al mando de Fendar, un veterano capitán.
Fendar desplegó sus tropas, desenfundó su espada y trazó una línea en el suelo del desfiladero, avisando a los Enanos borrachos: si cruzaban la línea desatarían la guerra.
La Emboscada
A pesar de la rebelión en las minas, Helgar consiguió mantenerse en el trono. Drong cambió radicalmente de táctica: envió regalos, ofertas de amistad y reconciliación a la Reina. Helgar fue conquistada, así que invitó a Drong a una fiesta para firmar la paz.
Fue una fiesta memorable, en la que la mejor cerveza corrió a raudales.
Cuando Drong vio a la Reina Helgar vaciar sin descanso su jarra de cerveza como un auténtico Enano, quedó prendado de ella. Empezó a pensar que, después de todo, había estado equivocado. ¡Quizá los dos clanes rivales debían unirse! Así que propuso a su Majestad que se casaran, teniendo en mente que así podría conseguir que un heredero suyo se sentara en el trono de Krag Bryn. La Reina, con mucha cerveza encima y fascinada por la barba de Drong, aceptó. Todos se alegraron, volvió a correr la cerveza.
Al día siguiente, con los efectos de la cerveza golpeando su cabeza como un yunque, aún seguían viendo las ventajas: Helgar no sería la última de su estirpe, sus herederos ocuparían el trono, y los antiguos agravios podrían ser borrados del libro (dejando espacio para nuevos agravios). Eldroth y los Elfos respiraron aliviados: la corona de la Reina parecía segura y se abría una nueva ruta comercial a través del paso de Kazad-Trund (que permitiría comerciar directamente con el Imperio Enano).
A pesar de todo, en el Viejo Mundo estallaban ecaramuzas entre Elfos y Enanos, y la tensión iba en aumento. Un día, un Herrero Rúnico llamado Grung llegó a Krag Bryn. Su clan había sido atacado y obligado a huir por los Elfos. Drong lo invitó a uno de sus festines, donde empezó a contar su historia con todo lujo de detalles. Su trelato azuzó aún más el desprecio hacia los Elfos, mientras exaltaba el valor y el orgullo Enano. Provocó a Drong, que sintió herido su orgullo enano al ayudar a enriquecerse a los Elfos. Drong y el extranjero pronto empezaron a hacer preparativos para una guerra contra la colonia élfica. Helgar escuchó escondida estos preparativos: su reinado peligraba, y ese tal Grung no daba respeto a sus trenzas, tan largas como cualquier barba. Así que envió mensajes secretos a Eldroth.
Al día siguiente, Grung estaba recorriendo con algunas tropas la Carretera Enana cercana a Krag Bryn cuando, en cierto lugar de la carretera, fueron emboscados por Elfos a las órdenes de Eldroth.
Carnicería en la cervecería
Cuando Drong supo la emboscada, se enfrentó a la Reina, ya que sospechaba que ella estaba detrás.
Tuvieron una discusión muy violenta, como sólo un matrimonio Enano puede tener. Drong apenasconsiguió evitar que Helgar le cortara la barba con su hacha, y en un arrebato de furia decidióvolver a su fortaleza, seguido por los guerreros de Krag Bryn.
La Reina actuó rápidamente para frustrar cualquier plan que Drong pudiera estar haciendo. Helgar envió inmediatamente a sus guardias a arrestar a Largs, el Maestro Cervecero de Drong, demasiado borracho como para partir a Krag Bryn. Fue entonces encerrado en un tanque, y Helgar envió un ultimátum a su odiado marido: “Si intentas atacarme, ¡no tendrás más cerveza!”. Drong estaba cogido, así que ideó un plan: ung rupo de élite de Enanos, a mando de Skag el Sigiloso, rescataría a Largs. Helgar tenía muy pocos guerreros aparte de su guardia personal de Matatrolls, pero ningún miembro quería levantar el hacha contra otro Enano. Así que Helgar pidió otra vez ayuda a los Elfos...
La Batalla de Krag Bryn
Drong empezó a organizar su ejército en Kazad Thrund, decidido a conquistar Krag Bryn con su ejército y a echar a los Elfos al mar. Su ejército se dirigió hacia la colonia Élfica, pues sabía que los Elofs (y no la insignificante guardia de la Reina) eran el enemigo principal. Primero destruiría los Elfos, y posteriormente Krag Bryn.
El Señor Elfo Eldroth estaba totalmente informado de ello, gracias a los espías en la corte de la Reina. Se dirigió a sus nobles, y les expuso la situación: la Reina Helgar era su amiga pero porque no tenía otra elección, pero aunque estuviera ahora de su parte, era una Enana y por tanto podría traicionarlos. El gabinete de guerra votó unánimemente a favor de marchar a la guerra. La decisión quedó inmediatamente justificada, ya que llegó un mensajero trayendo notícias sobre el avance de Drong.