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Throngray Thorrsson

Throngray Thorrsson


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MensajeTema: Deseos   Deseos Icon_minitimeMar Ago 05, 2008 1:05 am

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En una noche de muerte ambas lunas estaban ausentes, las estrellas eran ocultadas por las grandes nubes negras provenientes del Norte. Era la noche en la que el Caos estaba más débil. Los Dioses Oscuros retiraban su mirada del mundo y abandonaban a sus adoradores esconderse en las sombras del mundo. Sí, esa era una noche en la que el Caos no se atrevería a atacar, pero el Caos no es el único mal de este mundo.

La puerta del dormitorio de la señorita Evangeline se abrió y cerró sin el más leve sonido, sin perturbar en lo más mínimo los dulces sueños de la joven. Tampoco se oyeron los pasos del intruso que se acercaba lenta pero inexorablemente a su cama. Una acorazada mano retiró con delicadeza el mechón de pelo que ocultaba el bello rostro dormido. Era sin lugar a dudas la mujer más bella del mundo. Su pálido rostro no perdía su belleza ni cuando se enfadaba. Su pelo era largo, rubio, brillante y sedoso. Los ojos verdes eran capaces de enamorar hasta al más exigente de los hombres pues en ellos había una hermosura aun mayor que en el resto de su cuerpo. Era una mujer ligeramente más baja de lo normal, pero majestuosa como la que más. Era luchadora y valiente y a pesar de ello humilde y bondadosa. Era una mujer de emperadores o reyes. Y él lo sabía.

El extraño se acerco para olerle el pelo a la joven, pero algo en su interior le retuvo y le hizo rectificar. El hombre se irguió en toda su altura, era un hombre enorme, pero a pesar de todo estilizado. Era apuesto, de piel pálida y cabello blanco a pesar de su aparente juventud. Llevaba puesta una pesada armadura de placas, de sus hombreras caía una capa roja que llegaba casi hasta el suelo, del cinturón pendían dos espadas de extraña manufactura y bajo el brazo izquierdo un yelmo con mascara que recordaba a un dragón. No tenía nombre, nunca se lo había dicho a su señor ni a sus compañeros de armas y nunca le habían presionado para ello, era el más hábil de los guerreros y el mejor de los capitanes. Todos lo llamaban el Caballero Gris.

Desde la primera vez que la vio, hará dos años, se quedó prendado de ella. La chica tenía por aquel entonces quince años y volvía de acompañar a su madre en una visita para ver al padre de esta que era un señor de Bretonia. Por aquél entonces muchos la pretendían, pero ella no mostraba ningún interés por ellos. Él se había convertido en el capitán de las fuerzas del Conde Von Sollth por sus grandes logros y demostrada lealtad a pesar de solo llevar unos meses allí. Ella se había sorprendido por el gran poderío con la espada que demostraba. Una noche le pidió que la adiestrase como espadachín en secreto. Para sorpresa de él, demostró una habilidad con las hojas superior a la mayor parte de los hombres que había visto luchar. En cuestión de meses podía luchar con dos espadas mejor que cualquiera de los soldados de su padre. Alguna vez se había disfrazado de hombre para luchar bajo el estandarte de los Von Sollth, pero eso nunca le preocupó, pues sabía que solo los más grandes guerreros podrían vencerla, y él ya se encargaba de eliminarlos antes.

Él la amaba. Por ello sabía que ella solo lo veía como un hermano mayor o un confidente. Pero algún día sería suya hasta el final. Su voluntad era mucho más fuerte que la de ella, sabía que podía poseerla quisiese ella o no, pues al final el prevalecería. Pero seguramente, con el tiempo, acabaría por perderla. Con sumo cuidado acarició una de sus mejillas, la chica sonrió dulcemente. Algún día estarían juntos, cuando llegase el momento, él le enseñaría lo feliz que sería a su lado.

En silencio se colocó el yelmo y salió de la habitación. En el exterior paso una mano por delante de la puerta y esta se desvaneció de la vista. Podía oírlo, podía olerlo, podía saborearlo. Los asaltantes ya habían traspasado las murallas. Miró por última vez al lugar donde antes estaba la puerta. Era el hechizo más poderoso de ocultamiento que conocía, solo un mago de gran poder podría con dificultad. Desenvainó ambas espadas de metal negro, desprendían un ligero resplandor azul. Rió para sí, era irónico, el gobierno de Von Sollth terminaría esa noche, en una noche sangrienta, en una noche de muerte.
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Throngray Thorrsson

Throngray Thorrsson


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MensajeTema: Re: Deseos   Deseos Icon_minitimeMar Ago 05, 2008 1:07 am

Este es el segundo relato de prólogo con Debilidad
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William
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William


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MensajeTema: Re: Deseos   Deseos Icon_minitimeMar Ago 05, 2008 1:34 am

bien bien nunca esta mal un toque amoroso, a veces cansa tantas peleas y sin duda este relato me ha sorprendido gratamente
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MensajeTema: Re: Deseos   Deseos Icon_minitime

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