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| El Maestro de la Espada de Caledor | |
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Ithaerion/Admin Admin
Mensajes : 266 Fecha de inscripción : 30/05/2008 Edad : 36 Localización : Sala del trono de la Fortaleza del Concilio de la Luz
| Tema: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Mayo 31, 2008 1:26 pm | |
| El Maestro de la Espada de Caledor
Prologo Capitulo 1: Del Fuego a la Espada. Capitulo 2: El Saber de la Torre de Hoet. Capitulo 3: La senda del Guerrero. Capitulo 4: La batalla de Tor Anlec. Capitulo 5: De alumno a Maestro. Capitulo 6: La Pérdida. Capitulo 7: El Renacer. Capitulo 8: De vuelta al Fuego. Epilogo: La Guerra Eterna.
Breve explicación: Los Altos Elfos son una raza ancestral y mágica, ese don fluye en sus largas vidas, algunos más otros menos pero todos están bendecidos por ese poder. Son altos, esbeltos, de mirada penetrante, son la belleza en sí. Aun así eso no significa que sean débiles ni mucho menos, al ser una raza que puede vivir siglos y siglos son muy perfeccionistas, todo lo que hacen es perfecto incluso en la guerra sus soldados luchan con estilos muy característicos aun así de extrema efectividad, cada soldado domina perfectamente el arma que ha elegido, sea cual sea. Entre ellos destacan los guerreros-eruditos conocidos como Maestros de la Espada de Hoet los cuales estudian el manejo de la espada a dos manos hasta ser capaces de cortar una vela por la mitad sin alterar su llama o incluso de desenvainar, atravesar el corazón de un enemigo, y volver a enfundar la espada antes de que el enemigo pueda intentar sacar su arma. Además no solo estudian el manejo de la espada si no que aprenden algunos hechizos para ayudarles en batalla. Esta historia trata de uno de los más grandes maestros de la espada y de su eterna lucha contra sus odiados primos los elfos oscuros y el caos que los corrompió. Los Altos elfos son una raza que ha luchado desde el inicio de sus días contra el Caos, en su primera guerra el caos contamino a muchos elfos. Después de esto estallo una de las mayores guerras civiles de todo el mundo, murieron miles de elfos, los elfos traidores eran superiores en número gracias a su unión con el caos, poco a poco los altos elfos eran rechazados, gracias a muchos sacrificios pudieron los altos elfos derrotar a su enemigo y los elfos oscuros fueron expulsados de la isla de Ulthuan y se retiraron fuera de la isla, a partir de entonces a ha sucedido cientos de incursiones para volver a recuperar la isla de la que fueron expulsados.
Última edición por Ithaerion/Admin el Sáb Mayo 31, 2008 1:29 pm, editado 1 vez | |
| | | Ithaerion/Admin Admin
Mensajes : 266 Fecha de inscripción : 30/05/2008 Edad : 36 Localización : Sala del trono de la Fortaleza del Concilio de la Luz
| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Mayo 31, 2008 1:26 pm | |
| Prologo
Desde su posición, podía ver todo el valle, desde los espesos bosques verdes a las llanuras que se extendían al este, después de los peñascos escarpados típicos de aquellas tierras. El rio fluía con su tranquilidad habitual, y el suave viento revolvía las hojas de todos los arboles, aun así todo lo que podía ver tenía un tono rojizo, el crepúsculo. En las montañas de Caledor la luz del crepúsculo era diferente del resto de Ulthuan, allí decían que el fuego de los dragones teñía el cielo cada día para dar llegada a la noche. Ithaerion era un Alto Elfo, un niño aun, aunque era un poco más alto que el resto de los niños, aun así no era torpe como se podía pensar al verlo, era muy habilidoso y ágil para su edad. Tenía el pelo largo, rubio, unos ojos azules cielo, pero que con la luz de crepúsculo les daba un tono rojizo impresionante. -Vamos Ithaerion, es hora de cenar- dijo una voz dulce y femenina que salía detrás de él. Ithaerion se sobresalto, había estado absorto durante un buen rato contemplando el espectáculo de la naturaleza que se mostraba en el valle. -Ahora mismo voy, madre- Ithaerion se giro y empezó a correr, hasta llegar a su casa, era una casita pequeña, aunque acogedora, hecha de piedra blanca pulida, como la mayoría de casas élficas, de tejas azules. De su chimenea salía humo, lo que quería decir que la comida si no estaba lista faltaba muy poco. -Ya estoy en casa- saludo Ithaerion. -Hola hijo- respondió un elfo, este parecía que se distraía con una brillante bola de magia pura de color azulado. Que mantenía levitando sobre su mano derecha, mientras que pasaba la mano izquierda por encima de la bola haciéndola girar, tenía la mirada perdida concentrado fijamente en la bola. - ¿Qué es esto padre?- pregunto Ithaerion. - Es un mapa mágico de la zona, sirve para localizar cualquier cosa que buscas, desde personas a objetos-. -Venga dejad esto por ahora y venid a cenar- dijo la misma voz dulce que le llamo a casa-. Cuando terminemos tenemos que buscar eso- le dijo casi susurrando al padre, él asintió casi imperceptiblemente con la cabeza, y los tres fueron a sentarse, y empezaron a cenar sin decir casi nada.
Después de cenar Ithaerion y su padre se sentaron en un banco junto a una de las paredes exteriores de la casa, mientras el padre intentaba enseñar a Ithaerion a usar algún que otro hechizo elemental, al poco rato la madre salió. -Es hora de irse a la cama Ithaerion, mañana ya será otro día-dijo con cariño su madre. -Buenas noches hijo, mañana te enseñare algo más. Él, bostezo y se fue a dormir intentando conjurar la pequeña magia que le había enseñado su padre, antes de dormirse pudo oír que su madre decía –mañana es el día, tenemos que estar descansados-.
Ithaerion se despertó por la mañana, se vistió y salió de su habitación, sus padres no estaban, los llamo pero nadie contestaba, solo su eco, se repetía una y otra vez por los verdes valles cercanos. Mientras el último de sus ecos resonaba por el valle, el leve movimiento de los arboles producidos por el viento le puso en tensión, alguien mas estaba cerca, unos matorrales crujieron a su espalda, Ithaerion se giro asustado, cogió un bastón que solía usar para caminar y lo alzo como si agarrara una espada. Pasaron unos segundos que le parecieron interminables, otra vez los arboles se agitaron por el viento que ahora había aumentado su intensidad, las ráfagas de viento casi huracanado duraron pocos segundos, justo cuando terminaron una figura alta envuelta en una larga y negra capa emergió delante de él. | |
| | | Ithaerion/Admin Admin
Mensajes : 266 Fecha de inscripción : 30/05/2008 Edad : 36 Localización : Sala del trono de la Fortaleza del Concilio de la Luz
| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Mayo 31, 2008 1:27 pm | |
| Ithaerion contuvo el aliento y de golpe grito-¡¡Por Ulthuan!!- y cargo contra la alta figura que había aparecido, esta no se inmuto, dio un paso adelante y con un movimiento que los ojos de Ithaerion no pudieron ni ver, una de las manos golpeó sutilmente un punto en su brazo derecho con el que agarraba con más fuerza la simulada arma, y con la otra cogía el brazo izquierdo de Ithaerion. Cuando Ithaerion se dio cuenta de lo acaecido y vio su arma a varios metros de distancia se agito violentamente intentando soltarse, al ver que sus intentos eran inútiles, se fijo en la mano enguantada con una armadura plateada y dorada, que le sujetaba. Su corazón empezó a latir más despacio pero manteniéndole alerta.
-Tranquilo pequeño- dijo el individuo. Ithaerion empezó luego a fijarse en la persona que le retenía, vio que su capa no era negra, si no azul oscuro, su armadura plateada con adornos dorados y con varias piedras preciosas exquisitamente labradas, era la que llevaban los soldados de Ulthuan y no sus malignos hermanos, los elfos oscuros, luego vio sus orejas puntiagudas y su ojos penetrantes, sin duda era un Alto elfo. Aunque se tranquilizo bastante, su corazón como siempre le mantenía alerta, y no sin motivo ya que el elfo no iba desarmado, de su hombro derecho sobresalía una larga empuñadura de lo que parecía una espada a dos manos, con muchos adornos de oro y gemas preciosas.
-Siento haberte asustado, no lo pretendía, el viento era solo una medida de precaución- dijo el extraño con una voz melodiosa que llevaba la tranquilidad a los corazones de quien la escuchaban. Ithaerion salió de su estupor cuando se dio cuenta de que el elfo le había soltado y se quitaba la capucha que cubría su cabeza. Ithaerion le miro fijamente de arriba abajo, pelo rubio, ojos azules y una amable sonrisa, aun joven para los estándares de los elfos, luego se alejo varios pasos atrás al darse cuenta de lo que era y representaba aquel elfo. Casi más asustado que antes de que el extraño le soltara Ithaerion dijo casi tartamudeando:- eres... ¡eres un Maestro de la Espada de Hoet!- consiguió articular finalmente. -Sí, exacto-dijo el alto elfo mientras asentía con la cabeza. El pequeño elfo tenía motivos para estar tan asustado aunque fuera un soldado de Ulthuan, los Maestros de la Espada eran probablemente las tropas más letales de todo el mundo, y con la misma facilidad que le avía agarrado y quitado el bastón podía haberle matado e Ithaerion no se hubiera dado cuenta. -Bien pequeño no hemos empezado muy bien, verdad Fuegodorado?- Como podía saber aquel elfo su apellido se pregunto- ya que no dices nada te diré mi nombre, me llamo Ilanith Hojaplateada, y para aclarar tus dudas te diré que se tu apellido porque he venido en busca de tus padres, tengo un mensaje para ellos de Hoet, supongo que para que te fíes tendré que decirte algo mas, a ver… ¡ya se!, el viento que sentiste-explico el Maestro de la Espada-, es una medida de precaución, para los seres con oscuras intenciones, es una magia sencilla que me permite detectarlos antes de toparme con ellos y además ellos no sienten el viento, las personas con un corazón puro solo sienten una brisa, fresca y muy primaveral. -¡Pero yo he notado un viento casi huracanado!- dijo súbitamente Ithaerion. -Muy interesante- dijo el joven alto elfo sorprendido- eso puede significar varias cosas, puede que más adelante si me dices tú nombre te cuente algo más-. -Me llamo Ithaerion Fuegodorado- anuncio con orgullo, ya más confiado. | |
| | | Ithaerion/Admin Admin
Mensajes : 266 Fecha de inscripción : 30/05/2008 Edad : 36 Localización : Sala del trono de la Fortaleza del Concilio de la Luz
| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Mayo 31, 2008 1:28 pm | |
| -Bien Ithaerion, debería encontrar a tus padres pronto, ¿sabes donde están?-. -No, me desperté esta mañana y no estaban, nunca antes se habían ido los dos sin decir nada.- El Maestro de la Espada se encamino hacia la casa, y se sentó en el banco que estaba al lado de la pared. -Ven aquí Ithaerion, te voy a mostrar algo.- Ilanith extendió su brazo, y susurro una palabras, las cuales para Ithaerion no tenía ningún sentido ni había oído nunca. De la mano extendida empezó a formarse una esfera de magia pura azulada, igual que el padre de Ithaerion avía creado el día anterior.- ¿Parece que sabes qué es esto, verdad?-. -Sí señor, ayer mi padre me dijo que era una esfera mágica que servía para localizar personas u objetos. Intento enseñarme como invocarla pero no lo conseguí, él me dijo que aun era joven para aprender magia. Aun así la que creo mi padre tenía un color más azul marino, además uso otras palabras para invocarla -. Finalizo Ithaerion -Interesante, la verdad es que yo no soy muy dotado para la magia, así que mi esfera no es tan perfecta y es posible que los hechizos varíen con el tiempo-. Dijo esbozando una breve sonrisa- Por cierto Ithaerion llámame Ilanith no me gustan las formalidades cuando hay poca diferencia de edad-. Ithaerion asintió con la cabeza y se sentó a su lado mirando fijamente la esfera de magia.- Creo que se donde están, aunque no conozco este territorio, así que si no te importa tendrás que guiarme-. -¿Como lo puedes saber?, yo aquí solo veo niebla- pregunto el pequeño. -Ah perdona, ya ni me acordaba, normalmente solo puede verlo su creador pero si piensas en el nombre de otras personas, estas también podrán ver su interior-. Ithaerion se fijo más en la esfera de la cual ahora surgía un mundo de imágenes, que desde las alturas pudo distinguir la forma de Ulthuan por un medio segundo antes de caer en picado hacia Caledor, cruzo sus montañas, bosques y valles a un ritmo de vértigo, hasta detenerse de golpe ante lo que parecía una cueva. Había dos estatuas de dragones a cada lado de su entrada, la cueva no era normal, su entrada estaba empedrada como si fuera una calle de ciudad, las estatuas guardianas daban la sensación de ser un lugar antiguo y mágico. -Nunca había visto este sitio, ¿de verdad está aquí en Caledor?- -Según la esfera si, voy a intentar una cosa-anuncio Ilanith. Las imágenes de la esfera mágica cambiaron o más bien retrocedieron, se alejaron de la misteriosa cueva y se elevaron hacia el cielo poco a poco. -¡Este lugar lo conozco!- exclamo Ithaerion- pero está a medio día de camino más o menos.- ¿seguro que mis padres están es ese lugar? -Voy a usar un pequeño truco para asegurarlo- Las imágenes de la esfera volvieron a cambiar, ahora todo parecía de una tonalidad grisácea, pero de lo que debían ser las profundidades de la cueva aparecieron dos figuras, más bien sombras irreconocibles de color rojo brillante. Durante una decimas de segundo otras sombras parpadearon estas pero de color negro, que destacaban incluso entre los tonos grisáceos que mostraba la magia de Ilanith, aun así estas sombras negras estaban lejos, muy lejos de la cueva. De repente Ilanith pasó la mano por encima de la esfera, esta brillo con un blanco puro, Ithaerion quedo cegado un instante, cuando volvió a mirar la esfera, no pudo ver ninguna imagen solo la niebla azulada del principio. | |
| | | Ithaerion/Admin Admin
Mensajes : 266 Fecha de inscripción : 30/05/2008 Edad : 36 Localización : Sala del trono de la Fortaleza del Concilio de la Luz
| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Mayo 31, 2008 1:28 pm | |
| El pequeño estuvo a punto de preguntar qué es lo que había ocurrido, pero antes de articular palabra vio que la cara del Maestro de la Espada había cambiado, ahora su amable sonrisa no estaba, su rostro mostraba preocupación. Ithaerion no dijo nada, y siguió mirando alternativamente la esfera y las expresiones de Ilanith que pasaban de preocupación, a nerviosismo, y al final enfado. Al cabo de varios y eternos minutos Ilanith se levanto, miro fijamente a Ithaerion y dijo: - Necesito que me muestres aquel lugar cuanto antes, coge algo de comida, un poco de ropa, y si tienes y sabes cómo usarla coge un arma-. Ithaerion sorprendido se puso en pie, y miro fijamente al Maestro de la Espada. -Tranquilo, no pasara nada, yo os protegeré a ti y a tus padres- dijo pausadamente y con tono orgulloso Ilanith. El valor volvió al corazón de Ithaerion, el cual le cambio la expresión de su rostro a confianza y entro corriendo en busca de los objetos que le había dicho el Maestro de la Espada.
A los pocos minutos Ithaerion salía de su casa con una mochila en su espalda, esta estaba llena de víveres para un par de días, algo de ropa de viaje y tal y como le había recomendado Ilanith un arma, una daga larga, que le serviría al pequeño casi como si fuera una espada, que le colgaba al lado derecho de su cadera atada con el cinturón de forma bastante rudimentaria. También se llevo un arco, que usaba para ir a cazar con su padre, y todas las flechas que pudo encontrar, las metió dentro de una bolsa larga, de tonalidad verdosa, y las ato junto a la mochila. El Maestro de la Espada volvió a esbozar su sonrisa cuando lo vio salir, todo lo que llevaba debía de pesar igual que chico, pensó. -¿Seguro que podrás con todo?- le pregunto casi riendo. -Sí, démonos prisa, si mis padres están en peligro debo estar allí para ayudarles-. Dijo con ansiedad. -Muy bien, guíame Ithaerion-. Enseguida empezaron a caminar, Ithaerion en primer lugar, seguido de cerca por Ilanith, que se detenía en ocasiones y ojeaba todas las sombras, arboles y cualquier cosa que se moviera. Cada vez que el pequeño se alejaba demasiado, sentía aquel viento huracanado y esperaba a que este cesara, esto significaba que el Maestro volvía a estar a su espalda siguiéndole de cerca.
El viaje no fue fácil, los riscos y terrenos rocosos de Caledor dificultaban mucho el avance, por ese motivo Caledor era un reino casi inexpugnable ya que los ejércitos enemigos avanzaban a un ritmo increíblemente lento, además las tropas locales conocían perfectamente el terreno y esa ventaja era de gran importancia, las emboscadas se repetían día a día hasta que el ejército enemigo era desmoralizado y perseguido hasta ser aniquilado. Los dos Altos elfos viajaron durante varias horas, pero Ithaerion aun era un niño no podía seguir el ritmo del Maestro de la Espada así que pararon un par de veces para beber y descansar. En la segunda parada Ilanith quedo perplejo por la belleza de aquel lugar, era una pequeña catarata, donde el camino subía cruzándola por detrás y por los lados de forma que este parecía una serpiente, a cada lado del salto de agua había una cabeza de dragón inmensa, finamente esculpida en la propia montaña. A varios metros de donde el agua volvía a fluir con naturalidad, se encontraba un pequeño templo élfico de mármol blanco, sus columnas se elevaban unos dos metros del suelo para terminar en un tejado hecho del mismo material que el resto del templo. Ilanith se acerco al pequeño templo y descubrió que en el centro se alzaba un altar en honor a Khaela Mensha Khaine, el dios de la guerra de los Altos elfos. Y aunque era realmente extraño encontrar un altar en honor a este dios, Ilanith recordó que durante La Gran Guerra del Caos fue necesaria la ira y poder de Khaine para lograr la victoria y expulsar al Caos de Ulthuan, así que no era raro que en aquel lugar remoto hubiera un templo dedicado a él. | |
| | | Ithaerion/Admin Admin
Mensajes : 266 Fecha de inscripción : 30/05/2008 Edad : 36 Localización : Sala del trono de la Fortaleza del Concilio de la Luz
| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Mayo 31, 2008 1:29 pm | |
| Caminaron durante varias horas más antes de llegar al lugar que Ithaerion había reconocido a través de la esfera de magia, el rojo crepúsculo de Caledor anunciaba por todos los bosques y valles que el firmamento pronto oscurecería, y el sol daría paso a la luna. Era un claro dentro de un gran bosque, aunque podía ser el claro de cualquier otro bosque, existía en él algo que lo distinguía del resto, dos columnas de mármol se elevaban unos 3 metros hacia el cielo y allí se unían con un arco y de él una cadena de plata se extendía entre las dos columnas, en medio de la cadena pendía un pequeño rubí. Ese lugar era poco conocido por la gente de los alrededores aunque las leyendas que contaba la poca gente que sabía de este podían asustar incluso a los más valientes. Los dos elfos se pararon un instante para observar el lugar, el claro se extendía varios metros desde la estructura, aparentemente la misma distancia separaba todo árbol o cualquier tipo de vegetación del centro, como si algo les impidiera seguir creciendo más allá. El suelo estaba completamente empedrado, menos por un círculo de hierba que estaba situado justo debajo de las columnas, y justo en el medio colgaba la pequeña piedra preciosa. Ilanith empezó a andar en dirección al centro del claro, pero se dio cuenta de que Ithaerion no lo seguía, este estaba agarrando con la mano izquierda una rama, mientras que con la otra tenia la mano en la empuñadura de su daga larga casi a punto de desenvainarla.
-¿Que ocurre pequeño? ¿Que sabes de este lugar con no me has contado?- pregunto con tranquilidad el Maestro, su semblante no esbozaba la sonrisa, esta había cambiado por un semblante que parecía de piedra, no mostraba expresión alguna. -Las historias o leyendas que se cuentan de este lugar…me…. me dan miedo- dijo con medio hilo de voz. -¿Qué tipo de leyendas?- -Las viejas historias hablan de demonios o seres de ultratumba. Nadie lo sabe exactamente, algunos creen que son inventadas, que no hay ese tipo de peligros en Ulthuan, pero mis padres me dijeron una vez que no me acercara a estos bosques.- dijo casi temblando- También me dijeron que no despreciará nunca las viejas historias y leyendas.- -Un buen consejo- anuncio Ilanith- Aún así aquí no hay presencia alguna de seres oscuros, no digo que no la haya habido, solo que ahora no está.- Dijo para tranquilizar al chico.-Hoy tendremos que acampar aquí, no podemos seguir durante la noche en estas montañas tan traicioneras a su desconocimiento.- Ilanith observo con semblante pétreo como Ithaerion volvía a removerse de puro temor, y entonces se percato del tono que habían adquirido los ojos del chico. El crepúsculo los bañaba de ese color rojizo, y las nubes reflejadas en sus ojos parecían del oro más puro. | |
| | | Ithaerion/Admin Admin
Mensajes : 266 Fecha de inscripción : 30/05/2008 Edad : 36 Localización : Sala del trono de la Fortaleza del Concilio de la Luz
| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Mar Jun 03, 2008 9:40 pm | |
| La cara del Maestro de la Espada volvió a esbozar una sonrisa, Ithaerion se dio cuenta y por unos segundos olvido sus miedos, porque en su mente solo aparecía ahora una pregunta, “¿Cómo puede sonreír en una situación así?” pero antes de poder preguntárselo, se dio cuenta de que había quedado absorto durante varios segundos. En los cuales Ilanith ya había empezado a preparar el campamento cerca de las columnas y estaba con una rodilla en tierra mientras con la palma de la mano derecha apuntaba hacia el suelo, a unas ramas colocadas como si de una hoguera se tratara. De repente una diminuta llama apareció en la palma del Maestro, la pequeña mota de fuego empezó a descender rápidamente hasta que al tocar la primera de las ramas, todas ellas ardieron de forma inmediata produciendo un intenso fuego. -¿Te gustaría saber de dónde proviene tu apellido Ithaerion?- pregunta Ilanith dirigiéndole la mirada, aún con la sonrisa en su semblante. El chico asintió con la cabeza, y sin reparar en el temor que le provocaba ese claro, solo movido por la curiosidad y la súbita valentía que le había inspirado ver la luz de la hoguera en lo que él había imaginado solo oscuridad, avanzo con paso firme hasta sentarse al lado del Maestro de la Espada.
-¿Alguna vez has visto, tus ojos cuando reflejan directamente el cielo del crepúsculo?- pregunto el Maestro de la espada. -Pues la verdad es que no- Ilanith alzo un brazo y señalo directamente al sol, el cual faltaban pocos minutos para que desapareciera completamente- Ahora observa directamente al sol-. Ithaerion se movió un poco, permaneciendo sentado quedo encarado hacia la puesta de sol. Antes de que se diera cuenta la espada del Maestro estaca clavada en el suelo a un palmo de él. La sorpresa del chico fue breve ya que solo poner los ojos en la espada vio lo que pretendía Ilanith. Su reflejo cubría casi toda la hoja, y lo que más destacaba eran sus ojos de tono rojizo y dorado. El pequeño emitió una breve exclamación de sorpresa al verse, se quedo mirando su refleja durante varios segundos, hasta volviendo a la realidad, recordó que se estaba observando en una espada, casi no tuvo tiempo de ver la espada antes de que Ilanith la volviera a envainar. -Como habrás comprobado tú apellido proviene del reflejo del crepúsculo de Caledor en tus ojos, o más bien en los de tu familia-. Ithaerion aún estaba emocionado, cuando el Maestro se levanto y dijo:- Voy a dar una vuelta por los alrededores, para explorar.- Añadió al ver la expresión de miedo del chico.- No tardare mucho, empieza a preparar algo para comer estaré devuelta en breve. | |
| | | Ithaerion/Admin Admin
Mensajes : 266 Fecha de inscripción : 30/05/2008 Edad : 36 Localización : Sala del trono de la Fortaleza del Concilio de la Luz
| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Mar Jun 03, 2008 9:41 pm | |
| El Maestro salió caminando tranquilamente hacia el interior del bosque. Ithaerion se quedo allí callado y sin mover ni un musculo. En un primer momento quería quedarse así hasta que volviera Ilanith, pero recordó que le había pedido que preparara algo para comer, así que se levanto, rebusco en su mochila y de allí saco un paquete envuelto en una tela verde y una pequeña cazuela, saco el contenido del paquete y lo introdujo en la cazuela, luego vertió en ella un poco de agua y finalmente con mucho cuidado de no quemarse la puso encima del fuego. Luego espero, no tenía nada más a hacer que esperar que la comida estuviera lista y que volviera Ilanith. Con cada minuto que pasaba el chico se ponía más y más nervioso y con cada sonido que oía la tensión aumentaba más y más. Ya no quedaba rastro alguno del crepúsculo y la noche lo había cubierto todo cuando de repente un crujido, unos matorrales moviéndose, otro crujido. Ithaerion se puso en pie, desenvaino la daga larga y rebusco con la mirada, de donde provenía ese sonido. Aterrado decidió ponerse de espaldas a la hoguera pensando que esta le cubriría la espalda. Otro matorral se movió, este con mayor fiereza que los anteriores, y a su espalda unos ojos de bestia, rojos por la luz del fuego, aparecieron de la nada, poco a poco y en silencio empezaron a acercarse a él. Cuando Ithaerion se dio la vuelta, emitió un grito ahogado, y el acero de su daga resonó al golpear al suelo hasta quedar inmóvil.
Continuara... | |
| | | Ithaerion/Admin Admin
Mensajes : 266 Fecha de inscripción : 30/05/2008 Edad : 36 Localización : Sala del trono de la Fortaleza del Concilio de la Luz
| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Jun 07, 2008 8:31 pm | |
| Continua:
Un lobo de gran tamaño estaba sentado al otro lado de la hoguera, aunque su cuerpo no mostraba tensión, los ojos de bestia parecían que iba a saltar al menor movimiento demasiado brusco. Aun con la luz del fuego Ithaerion no podía distinguir el color del pelaje del lobo. Aunque su cuerpo no temblaba de miedo, daba la sensación de ser de piedra, no se movía en absoluto y su daga yacía en el suelo a su lado, pero no se atrevía a cogerla. Pasaron varios segundos hasta que Ithaerion decidió moverse, se agacho cogió su daga y la envaino, el lobo no paro de seguirlo con la mirada cuando fue hacia su mochila y metió la mano en ella, cuando sacaba la mano el lobo gruño, “demasiado brusco” pensó el chico, poco a poco saco un pedazo de carne envuelta en una hoja y la dejo en el suelo cerca del lobo. Este se quedo mirándolo unos segundos antes de mover la cabeza hacia bajo, Ithaerion se sobresalto, a su parecer el lobo le había asentido con la cabeza. El pequeño retrocedió lentamente, caminando de espaldas, hacia el otro lado del fuego, allí se detuvo a observar a la bestia. Esta bajo la vista hacia la carne que le había tendido, se levanto y se acerco a ella, en ese instante Ithaerion pudo ver que cojeaba, una de las piernas traseras sangraba, desde esa distancia lo único que podía vislumbrar era una pata llena de sangre. El lobo se sentó al lado de la carne y empezó a comérsela, de mientras Ithaerion empezó a rebuscar en su mochila, saco un cuenco cubierto con una tela y rodeo al fuego hasta encontrarse al lado del lobo, que le había ido siguiendo con la mirada, el elfo se arrodillo al lado de la pata herida y descubrió el cuenco, el animal le observo durante su recorrido e incluso dejo de comer para poder reaccionar rápidamente en caso de necesidad, en cuanto Ithaerion empezó a verter agua sobre la herida para limpiarla, el lobo se sobresalto y dio un salto atrás para encararse con él, pero justo cuando su pata herida toco al suelo con fuerza, esta le fallo, y todo su cuerpo cayo de lado haciendo un ruido sordo, se hizo un silencio extremo, no se oía nada, ni el viento moviendo los arboles, ni siquiera había algún pájaro nocturno que cantara. Ithaerion aún sobresaltado por el rápido movimiento del lobo, solo volvió a ser consciente de lo que ocurría cuando el lobo gruño. Después de unos segundos de total quietud en el claro, El chico se levanto y volvió a arrodillarse al lado del lobo herido, esta vez el animal no se movió en absoluto cuando el agua toco su pierna, ni cuando el elfo le aplico un ungüento y se la vendo tan bien como sabia. | |
| | | Ithaerion/Admin Admin
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| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Jun 07, 2008 8:34 pm | |
| Al cabo de unos minutos, Ithaerion se levanto cogió el pedazo de carne y se lo tendió al lobo, este no hizo ningún movimiento, solamente le seguía con la mirada. Al ver que el lobo no se inmutaba fue a sentarse al lado del fuego. La noche empezaba a ser fría y ni las mantas podían conseguir que el pequeño elfo dejara de temblar, ni el mismo sabía si temblaba de frio o de miedo, Ilanith hacía ya demasiado tiempo que se había ido, pensaba una y otra vez el chico mientras observaba el crepitar del fuego. Ese pensamiento fue haciéndose cada vez mas y mas profundo hasta que su mente ya no había nada más que el color del fuego. De repente se dio cuenta de que algo le tocaba. El lobo se había tumbado y acurrucado su alrededor, Ithaerion no sabía cuánto rato hacia que estaba allí, había quedado tan absorto en sus pensamientos que se había olvidado de él, no se había fijado en su envergadura hasta ahora era realmente grande, estirado a su lado incluso le llegaba a los hombros. Sin saber el motivo Ithaerion no le tenía miedo, su cuerpo había dejado de temblar y tenía una sensación de paz interior increíble, el lobo con la cabeza apoyada en el suelo le miraba de reojo, aun así no se movió en absoluto cuando el elfo se apoyo en él y quedo dormido enseguida.
Ithaerion se despertó de golpe cuando el lobo se movió. Este se puso en tensión al lado del chico, preparado para saltar, justo cuando Ithaerion se ponía en pie, del oscuro bosque salió la figura alta de un Maestro de la Espada. Ithaerion suspiro aliviado, pero luego recordó al lobo- ¡No le hagas daño Ilanith!- el grito resonó por el bosque, tan silencioso como oscuro, durante unos segundos los tres quedaron completamente inmóviles, hasta que el Maestro asintió levemente con la cabeza en un movimiento apenas perceptible, pero para sorpresa del chico no le asintió a él, si no al lobo. Después de esto el lobo se tranquilizo y fue a tumbarse otra vez junto a Ithaerion, el cual cayó rendido y se durmió incluso sin haber comido. Ilanith miro sonriendo al pequeño y fue a comer algo, pero se dio cuenta de que estaba medio quemado, igualmente después de caminar durante todo un día se moría de hambre así que se comió la mitad y la otra se la tendió al lobo, que sin pensárselo demasiado empezó a comer en silencio. Al final el lobo se durmió, aun así pensaba Ilanith se despertaría al menor indicio de peligro, pasaron varios minutos antes de que el maestro se levantara par ir a patrullar brevemente los alrededores.
Ithaerion se despertó a bien entrada la noche, tanto el lobo como Ilanith estaban durmiendo. Durante un instante le pareció ver a alguien al borde del claro, pero cuando se levanto para verlo mejor, no había nadie. -Demasiadas cosas me han pasado en poco tiempo, esto debe ser que la mente ya me hace malas pasadas- murmuro el pequeño elfo. Igualmente se encamino hacia donde le parecía haber visto a alguien. Al llegar allí no había nada, pero decidió por si acaso adentrarse un poco en el bosque. A medida que se adentraba en él, cada vez le parecía percibir con más claridad la tenue luz del fuego en la lejanía. Se paró en seco pensando que tal vez debería avisar a Ilanith, pero cuando se dio la vuelta, se dio cuenta de que se había perdido. Estuvo allí esperando, pensando que debería hacer, hasta que decidió que no tenía más remedio que ir a comprobar de donde provenía esa luz que se mostraba en la lejanía, con mucho cuidado y tan silenciosamente como podía se acerco a la luz, era un pequeño claro mucho más pequeño que el lugar donde se habían apostado Ilanith y él. Dentro del claro había dos figuras de pie, que parecían hablar entre ellos, Ithaerion les reconoció enseguida, eran sus padres. | |
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Mensajes : 266 Fecha de inscripción : 30/05/2008 Edad : 36 Localización : Sala del trono de la Fortaleza del Concilio de la Luz
| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Jun 07, 2008 8:34 pm | |
| Estuvo allí inmóvil como una piedra, antes de que las lagrimas empezaran a resbalar por sus mejillas, y saliera corriendo hacia el interior del claro. -¡Padre, madre!-grito con todas sus fuerzas. Las dos figuras se giraron y observaron sorprendidos al pequeño que iba corriendo hacia ellos, los dos salieron a su encuentro con los brazos abiertos con el grito de hijo en sus labios. Pero justo después de lanzarse a correr hacia él, algo silbo en el aire, y la mujer elfa cayó al suelo atravesada por un virote de ballesta. Antes siquiera que su padre pudiera reaccionar, otro virote se le clavo en la espalda, el elfo cayó al suelo. Ithaerion incrédulo y sollozando fue corriendo hasta donde habían caído los cuerpos de sus padres, al llegar allí ninguno de los dos respiraba. El pequeño estallo en un llanto que se oyó por todo el valle. Pero enseguida el llanto se detuvo, su cara se cambio de golpe al ver a dos figuras cubiertas de capas y ropajes negros y oscuros emerger del bosque de donde provenían los virotes. Momentos antes la expresión de Ithaerion era de una tristeza y amargura indescriptible pero ahora, la ira, el odio y la sed de venganza llenaban su corazón y su rostro. Había decidido vender cara su vida, empuño la daga que colgaba de su cinto y cargo contra el primer de ellos, ese rápidamente había dejado la ballesta y ya tenía en la mano una espada, las dos oscuras figuras reían a carcajadas al ver que un niño oponía resistencia a ellos, fue el más cercano al chico quien primero ataco con una estocada bien dirigida al corazón del pequeño, aún así Ithaerion salto a un lado esquivando con dificultad el golpe. El pequeño elfo sin dudarlo y para sorpresa de su oponente salto hacia delante hundiendo hasta la empuñadura en el corazón de su enemigo. La risa del segundo ser cesó de golpe al ver como el cadáver de su compañero caía muerto, asesinado por un niño. Ithaerion saco rápidamente la daga del cadáver de su enemigo y se lanzo a por el segundo, pero este había dejado de pasarlo bien y ahora se lo tomaba en serio, el oscuro ser esquivo fácilmente con el ataque del chico, y con un rápido movimiento hundió una daga en su cuerpo. Un hilillo de sangre humedeció los labios de Ithaerion, no sentía nada solo el contacto del frio metal atravesándole el corazón, una tranquilidad le invadió el cuerpo y la mente y la oscuridad se adueño de él.
Continuara.... | |
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Mensajes : 266 Fecha de inscripción : 30/05/2008 Edad : 36 Localización : Sala del trono de la Fortaleza del Concilio de la Luz
| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Jun 21, 2008 1:10 am | |
| Continua:
No había luz, solo oscuridad, no había nada, no sentía nada. Parecía que su cuerpo flotara completamente inmóvil en algún espacio desconocido, intento pestañear para tratar de despertar, no sabía si lo había hecho pero la oscuridad seguía allí. Nada. El seguía allí sin notar ni sentir. El miedo se adueño de él y sin darse cuenta empezó a recordar los momentos antes de que el elfo oscuro le atravesara el corazón con una daga. Los recuerdos llegaron a su mente de golpe, demasiados a la vez para su corta vida, sus padres, Ilanith, el Lobo, su hogar, su patria, todos los paisajes, todas las cosas que había visto, todo lo que recordaba. Todo pasó en pocos segundos. Pero de entre todas ellas solo una imagen quedo grabada en su mente, el claro donde habían acampado. Enseguida se dio cuenta, era diferente del que él había estado, la hierba crecía verde y exuberante, las columnas élficas no tenían un aspecto siniestro en absoluto y de ellas no pendía ningún rubí ni cadenas. Ithaerion se concentro en esa extraña imagen, una luz cegadora invadió su mente, y cuando esta desapareció lo que veía con sus propios ojos era el claro, pero tal como lo había visto en la imagen que paso por su mente. Pero era diferente, en el claro se sucedían muchas imágenes, como si de un recuerdo se tratara el observo toda la acción, media docena de elfos estaba reunida a un lado del claro, con las armaduras y armas tradicionales de Ulthuan, el se encontraba fuera del claro no podía hacer nada, solo observar. Una voz de entre los elfos resonó por todo el bosque. -¡Resistid!, tenemos que aguantar hasta que llegue el Príncipe.- Un elfo sin armadura, con ropas de seda y una vara en una mano, era quien había arengado a los otros cinco. Indudablemente se trataba de un mago. Este dio un paso adelante y los otros elfos le siguieron empuñando lanzas y arcos en medio segundo. El centro del claro empezó a temblar, y de él un haz de luz negra surgió de la tierra y levito hasta quedar a la altura de los elfos, y luego empezó a crecer y expandirse, cuando fue tan alto como las columnas se detuvo.
El suelo dejo de temblar cuando una inmensa pezuña salió del negro portal, seguida por un cuerpo de grandes dimensiones, una cabeza bestial con cuernos y finalmente unas alas negras como la más perfecta oscuridad. Aunque era de día el cielo se oscureció y unas oscuras nubes taparon el resplandeciente astro solar. El Devorador de Almas había salido del universo del Caos y se encontraba en la sagrada Ulthuan.
Última edición por Ithaerion/Admin el Sáb Jun 21, 2008 8:22 pm, editado 1 vez | |
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| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Jun 21, 2008 1:11 am | |
| Dos flechas silbaron y se clavaron sin esfuerzo en el lugar donde el gran demonio tenía el corazón, aun así el no se inmuto, bajo su enorme cabeza cornuda y observo durante un instante las dos flechas antes de soltar una diabólica carcajada. Todos los elfos apretaron con más fuerzas sus armas, dispuestos a luchar hasta cualquier final. El devorador de Almas desplego sus oscuras alas a la par que rugía con furia antes de lanzar una oscura hacha contra los sorprendidos elfos. Pero esta antes de alcanzar a cualquiera fue rechazada por un aura celestial. El mago bajo su vara antes de sonreír brevemente antes de cerrar los ojos y de empezar a preparar el siguiente hechizo. El resto de elfos envalentonados por su acto, cogieron sus arcos y empezaron a descargar una flecha tras otra contra la inmensa bestia. Con media docena de flechas en su cuerpo el demonio cargo, dos elfos levantaron sus lanzas y se interpusieron corriendo en su camino, cada uno con una perfecta coordinación clavo su lanza en una de las pierna para acto seguido dar un paso al lado para apartarse, al tiempo que desenvainaban sus relucientes espadas y se colocaban detrás del demonio con un grácil movimiento. Dos flechas más se clavaron en su inmenso cuerpo, al tiempo que un haz de luz azulado le golpeaba el pecho produciéndole una herida humeante y consiguiéndole detenerlo. El mago volvió a sonreír un segundo antes de darse cuenta de algo. -¡Cuidado algún otro oscuro ser emerge del portal!- Justo decir esto varios pequeños demonios alados surgieron del portal, para acto seguido lanzarse a por los dos elfos que habían rodeado al Gran demonio. Uno de ellos cayó al suelo abatido enseguida por una flecha y otro se revolvió en pleno vuelo, con otra flecha atravesándole el ala, antes de perder el control y chocara contra el suelo para no volver a levantarse. El resto ataco sin piedad a los dos elfos, que apenas podían contener a tantas garras y dientes.
Esta vez fue el Devorador de almas quien con una siniestra sonrisa observo durante un momento los diablillos antes de volverse para cargar contra el mago y los otros elfos. El mago volvió a conjurar un hechizo pero al ver que no tendría tiempo uno de los elfos empuño una espada y se interpuso entre él y el gran demonio, este con un tremendo golpe de su brazo lanzo al valiente elfo varios metros a un lado. Al tiempo que el demonio levantaba su negra hacha para matar al mago, este al darse cuenta levanto al vara y pronuncio una sola palabra, una luz envolvió al mago y la terrible hacha reboto sin causar ninguna herida física, aun así el golpe había sido tremendo y el mago cayó de rodillas, exhausto pro el esfuerzo.
Última edición por Ithaerion/Admin el Sáb Jun 21, 2008 8:34 pm, editado 1 vez | |
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| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Sáb Jun 21, 2008 1:11 am | |
| -¡Tharion!- grito uno de los elfos que empuñaba un arco, a la vez que se acercaba al mago. Los dos elfos que habían rodeado al gran demonio y ahora luchaban por su vida contra los interminables diablillos, se giraron para acto seguido correr en auxilio del mago, sin hacer caso de sus propias heridas o de la persecución de los diablillos. Se situaron a su lado preparados para dar su vida cuando el Devorador de almas alzo su negar hacha contra ellos.
Pero antes de que el golpe que debía segar la vida de alguno de los elfos, llegara a completar su recorrido, una larga y fina flecha de luz atravesó el hombro derecho del demonio. Este rugió con furia, un dolor insoportable se mostraba en el semblante del Gran demonio.
Un tremendo grito resonó por todo el bosque, todos los presentes se detuvieron para buscar de donde provenía. En lo alto del cielo a cientos de metros del suelo una gran figura alada empezó a descender en picado hacia el claro. A medida que se acervaba al suelo mas flechas de luz aniquilaban a los diablillos, que por el simple hecho de ser rozados por una de ellas emitían un terrible chillido y se convertían en polvo. A varias decenas de metros del claro el Gran demonio aulló más y mas fuerte al reconocer la figura alada que se le echaba encima. Al mismo tiempo los elfos emitían gritos de júbilo y levantaban sus armas en señal de saludo, con el corazón lleno de esperanza y coraje.
Era un Dragón Estelar, y su jinete era el Príncipe.
Un nombre apareció de repente en la memoria de Ithaerion, sabia el nombre de ese Príncipe, sin saber el por qué lo conocía, ni como podía haberle reconocido a alguien a tantos metros de distancia, simplemente lo sabía. Su nombre era Lindarion.
Lindarion Fuegodorado.
Continuara... | |
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| Tema: Re: El Maestro de la Espada de Caledor Dom Ago 03, 2008 2:03 am | |
| Continua
El Devorador de Almas retrocedió varios pasos, al tiempo que los diablillos se revolvían y se posaban aun batiendo sus diminutas y oscuras alas, a los dos flancos del Gran Demonio. De mientras los elfos mantuvieron las armas en alto unos segundos antes de bajarlas y con sumo cuidado llevarse al mago y al elfo que había intentado protegerlo a la seguridad de los arboles, ahora ese ya no era su combate. El Dragón Estelar seguía descendiendo en picado hacia el claro a velocidad de vértigo, cuando faltaban unos quinientos metros, la lluvia de flechas de luz seso, pero esta fue substituida por el poderoso aliento del dragón, los diablillos morían abrasados ante ese terrible poder, muy pocos sobrevivieron a ese ataque, el resto desapareció en cenizas que se llevo el viento antes incluso de tocar el suelo.
Con un tremendo rugido el inmenso ser serpentino, volvió a exhalar su aliento mortal, esta vez dirigido al Gran demonio, que aulló de rabia mientras intentaba protegerse con el brazo del hacha. Cuando el demonio noto que la fuerza del aliento disminuía batió sus negras alas y se lanzo volando al encuentro del Príncipe. Justo antes de que se produjera el choque, Lindarion alzo su lanza y con gran precisión perforo el hombro hasta llegar al corazón del demonio. El semblante del demonio del caos cambio por completo, de la ira paso a la sorpresa y de esa al terror. Lo último que vio el Devorador de Almas fue una inmensa mandíbula cerrándose sobre su cabeza a la vez que de la garganta del Dragón surgía una vez más su fuego letal.
Los restos del Gran demonio cayeron en el centro del claro provocando un gran estruendo al tiempo que se levantaba una gran nube de polvo a su alrededor. El batir de las alas del dragón Estelar aparto toda nube que disminuyera la visibilidad, mientras el Príncipe descendía rápidamente de su montura y fue corriendo con paso rápido a la par que elegante, hasta colocarse al lado del demonio, busco en su cinto y de el saco un rubí del tamaño de una mano, empezó a murmurar unas palabras a la vez que alzaba la piedra preciosa por encima de su cabeza. Del Cuerpo del demonio pareció fluir algo, un espíritu o más bien una esencia, que se introdujo en el rubí, este emitió un brillo de luz blanca por unos segundos antes de volver a la normalidad. El Dragón estelar se acerco al príncipe y cogiendo el rubí con sumo cuidado con una de las garras y lo levanto hacia las dos columnas que había en el centro del claro, cerró los ojos y repentinamente de su fuerte garra empezaron a brotar unas cadenas que serpenteaban de un lado a otro y finalmente rodearon las columnas y quedaron atadas con fuerza. Justo en el punto medio de la cadena colgaba la piedra preciosa.
Lo que parecía un recuerdo empezó a desvanecerse, oscureciéndose más y más, hasta quedar completamente negro, la misma sensación de vacío volvió a invadir la mente y el cuerpo de Ithaerion.
Si lo se este es mas corto pero queria ponerlo y hoy no em dava mas tiempo, mañana a ver si puedo poner el resto! | |
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